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Este momento del día es muy importante porque trabajamos la autonomía: coger el desayuno, sentarnos en nuestro sitio, abrir el tupper y ¡empezar a comer! A veces lo que nos encontramos dentro no nos gusta, pero lo importante es permanecer sentado y al menos tocar/oler/probar lo que nos han puesto de desayuno. Es un momento crucial para experimentar con las texturas y conocer más a nuestros peques. 

Después del desayuno siempre nos sobra tiempo y pasamos a la zona de juego.